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Dramatico




    Una pelea para morirse... de risa 

Autor: Fabián Choque 

Personajes

-Camila 

-Humberto 






(Se abre el telón y aparecen en escena Camila y Humberto a cada extremo de escenario con la mirada molesta hacia un costado) 

Camila: (Con los brazos cruzados y golpeando con el pie el piso) ¡La verdad es que ya no te soporto!
Humberto: (Mirándola) Pues tú para mí no eres “una cerecita”. 
Camila: (Camina hacia él, molesta) ¿¡Qué dijiste!? ¡A ver, repíteme eso en mi cara! ¡Dímelo! 
Humberto: (Acerca su cara a la de ella) ¿¡No me escuchaste!? (Le mete el dedo en el oído) 
Camila:  (Le quita el dedo de su oído) ¡Saca tu dedo cochino de ahí! (Se limpia el oído y se lo limpia) ¡Lleno de microbios y… cochinadas! 
Humberto: (Sonriendo) Como tú. 
Camila:  (Sorprendida) ¿¡¡¡Qué dijiste!!!? (Se apega a él, molesta) 
Humberto: (Con sarcasmo) Como tú…comprenderás, “mi amorcito” (Le jala el cachete de un lado a otro)
Camila:  (Tratando de quitar su mano) ¡Sueeel…taaaa…me! (Se zafa de él) ¿¡Crees que mi cara es “pelota anti estrés” o qué!? 
HumbertoBueno no pelota anti estrés pero… sí que relaja. 
Camila: ¡Anda que te relaje tu abuela! (Se va caminando por el escenario) 
Humberto: (Yendo tras ella) ¡Cómo mi abuelita no te metas! (Pone la mano en su pecho) Ella es una santa.
Camila:  Pero le encanta. 
Humberto: (Con sorpresa) ¿¡Qué dijiste!? ¿¡Qué le encanta!? 
Camila: No, nada. Dije que como ella no hay tantas. 
Humberto: Ah, más te vale (La mira fijamente) 
Camila: (En tono desafiante) ¿¡Más me vale, qué!? ¿¡Más me vale, qué!? 
Humberto: (Retrocediendo) ¡No, nada! 
Camila:  (Camina hacia Humberto) ¡No, no! ¡Quiero que ahora mismo me digas qué quisiste decir con eso de, “Más te vale”! (Grita) ¡¡¡Y rápido!!! (Cruza los brazos) Ya, te escucho. 
Humberto: (Se queda pensando por un momento) No… prefiero reservarme mi opinión (Se va caminando por el escenario) 
Camila: (Lo sigue) ¡No, no! ¡Quiero me digas qué quisiste decir! ¡¡¡Humberto!!! ¡¡¡Humberto!!! ¡Ven acá! No me dejes con la palabra en la boca porque… ¡No te vayas! (Lo persigue por todo el escenario)
Humberto: ¡Ya, déjame en paz! (Sigue huyendo de ella) 
Camila:  ¡Cobarde! 
Humberto: ¡Loca! 
Camila: (Sorprendida) ¿¡Qué me dijiste!? (Se sube las mangas) Ah no, a este me lo sueno pero con ganas.
Humberto: (Retrocediendo) ¡Espera, espera! Recuerda que en el altar acordamos que hasta que “la muerte nos separe”. 
Camila:  Pues al parecer te salteaste hasta la parte final (Se acerca a él) ¡Ven acá! 
Humberto: (Escapando de Camila) ¡No, no! ¡Espera! (Continúa la “correteadera”) (Toma una silla y la pone adelante para protegerse) ¡Mi capullito! ¡Mi cerecita! ¡Mi caramelito! 
Camila:  ¡Mi, nada! ¡Mi, tu abuela en camisón! ¡Ahora vas a ver lo que es bueno! (Se detiene) ¡Bueno, ya basta! ¡Ya basta! 
Humberto: (Con la silla adelante para su protección) ¡Eso digo yo! ¡Debemos hacer el amor! 
Camila:  Ahh… (Sorprendida) ¿¡¡¡Qué!!!? 
Humberto: ¡Pero déjame terminar! ¡Cuando digo que hay que hacer el amor, quiero que decir que debemos estar en paz! 
Camila:  ¡Ahh….! ¡Pero yo no quiero hacer el amor contigo! (Humberto la mira sorprendido) ¡Digo, la paz! ¡Y ya no quiero seguir hablando contigo! (Sonríe) ¡Ya sé quién puede ayudarme! 
Humberto:(Preocupado) ¿Ah, sí? ¿Quién? 
Camila: (Mira al público) Mi madre, Zoila (Saca su celular) 
Humberto: ¿¡Qué!? ¿¡Tú madre Zoila!?
Camila:  Sí. 
Humberto: ¿¡Zoila que friego, Zoila que me meto y Zoila que no te aguanto!? 
Camila:  (Mirándolo) No, te expreses así de mi madre. ¡Y mejor me voy al cuarto porque tu voz me estresa! (Se retira de escena) 
Humberto: Y a mí me estresa ella. (La sigue mientras sale de escena) ¡Por favor, Camila! ¡Camila! ¡¡¡Camila!!! ¡¡¡No la soportoooooo….!!! (Se cierra el telón)

¡¡¡Esto es un asalto!!! 

Autor: Fabián Choque 
Personajes
-El Pillo 
-El Gandaya 
-La Cajera 
-La Clienta 
-El Policía 

(Mientras se encuentran haciendo sus cosas rutinarias en el banco, dos personas con máscara entran y gritan)

El Pillo: ¡¡¡Esto es un asalto!!! ¡¡¡Arriba los monos!!! (La clienta y la Cajera se miran extrañados. Él pone la punta de la pistola en su cabeza y se queda algo pensativo) No, esperen. 
El Gandaya: (Le dice en el oído y en voz baja) Se dice, “Arriba las manos” 
El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!! (Las dos reaccionan y recién comienzan a asustarse) 
El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy! 
La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor?
El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero) 
El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas ¡Y rápido! 
La cajera: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio). 
La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!? 

(En eso, sale del baño el oficial; flojo y totalmente indiferente ante la situación) 

El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el suelo boca abajo) ¿Qué está haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué? (Ella le señala con el dedo a los asaltantes) ¿Qué pasa? (Voltea y ve la punta de las pistolas en su cara) (Se asusta y comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!! (Al instante se arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor, no me maten tengo esposa con dos hijos y otros tal vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor no me maten por su madrecita linda! 
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber aprehendiendo a esos rufianes!? 
El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué, no ha visto el tamañote de arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante) 
La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos? 
El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!! 
El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella le dice) 
La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más tranquila!” 
El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y rebotan? 
La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca! 

(Llega la Cajera con las bolsas de dinero) 

La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está. 
El Gandaya: Espero que esté todo. 
La Cajera: Si desea, lo puede contar. 
El Pillo: A ver... (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100, 200, 300… (El Gandaya toma la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos) ¡Pero compañero! Hay que estar seguros que no nos falte nada… 
El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok? 
El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah. 
El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo. 
El Pillo: No te quejes después, no más… 
El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos caballeros, se retiran. Muchas gracias por su colaboración. 
El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se las entrega mientras lo quedan mirando con extrañeza) 
El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento? 
El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y mientras lo hace, la expresión en su rostro comienza a cambiar) 
El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal raza! 
La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil! 
El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta! 
La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve, es para comer e ir al baño! (Los asaltantes discutían en silencio sobre la tarjeta) 
El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!? 
El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a perdonar ¿Pero, sabe usted a qué se parece? 
El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas. 
El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto hacer trato con ustedes, nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus armas mientras que los otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta) 
El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante de dejarles la tarjeta, se va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y extrañados. Luego, se levantan). 
El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo mira con indignación). 
La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la encuentra maquillándose) ¿¡Y usted, qué está haciendo? 
La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje! 
El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy a comer! 
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!? 
El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de… 
La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es investigar este asalto para atrapar a los asaltantes! 
La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada. 
El Policía: Y un poco de ají. 
La Clienta: ¡Esto es el colmo de la desfachatez! ¡Me voy de aquí! (Se retira totalmente molesta) 
El Policía: Bueno, yo sí me voy a comer. Ya vengo (Se va todo despreocupado) 
La Cajera: Y aprovechando que no hay clientela, voy al baño a maquillarme. (Se va caminando como si fuera una modelo de pasarela)

 

¡Vamos a la playa! 



Autor
:
Fabián Choque

Personajes: 
-Don Rogelio (El Papá) 
-Doña Lola (La mamá) 
-Timmy (El hermano menor) 
-Sabina (La hermana mayor)

(Se abre del telón y aparece toda la familia corriendo por todo el escenario totalmente apurados) 
Doña Lola: ¡Apúrense por favor que ya tenemos que irnos! ¡Ay! (Sigue corriendo por todo el escenario)
Sabina: (Se pone frente al público toda desesperada. Se queda en silencio por un momento) ¡No encuentro mi bloqueador! (Se coge la mejillas) ¡Me voy a quemar la piel! 
Timmy: (Poniéndose a su lado, la abraza y le jala de la mejilla) ¡Gran cosa por este pellejo! 
Sabina: (Lo empuja) ¡Cállate, renacuajo! ¡Vete! (Grita desesperada) ¡¡¡Mamá!!! 
Doña Lola: (Va hacia ella) ¡Qué pasa, hija! 
Sabina: (La abraza) Mamá, no podré ir. 
Doña Lola: (La mira sorprendida) ¡Por qué no, hija! (Se acerca a ella) 
Sabina: (Se coge la cara mientras mira a su mamá) ¡Porque me malograré el cutis con el sol! 
Timmy: (De lejos) ¡Es pellejo! 
Sabina: ¡¡¡Mira, ya cállate!!! (Ve a su mamá) ¡Qué hago, mami! (Apoya la cabeza en su pecho) 
Doña Lola: (Le golpea suavemente la cabeza) Ya hijita (Mira a todos lados como buscando a alguien) Ya, ya, ya (Ve a su esposo) ¡Mira, acá está tu papá! (Toma su mano y lo jala hacia Sabina) ¡Él sabrá cómo ayudarte! (Mira a su esposo y le habla en secreto) ¡Ayuda a tu hija, oye! (Se va) 
Don Rogelio: (Abrazándola mientras mira a su esposa, molesto y le habla en secreto) ¿¡Cómo safaz del bulto, no!? (Mira a su hija) ¡A ver, qué pasa hija! 
Sabina: ¡Papá, se me ha perdido mi bloqueador y se va a malograr mi tersa piel! 
Timmy: ¡Se va a parecer a la vieja del “Titanic”! (Se ríe) 
Sabina: (Toma un adorno de la mesa de centro y se lo lanza a su hermano) ¡¡¡Ya cállate!!! 
Don Rogelio: (Ve a su Timmy) ¡Ya no molestes a tu hermana! (Ve a su hija y la sigue abrazando) 
Sabina: ¡Qué hago, papi! 
Don Rogelio: ¡Ya no te preocupes, hija! (Pasa su esposa y le muestra su reloj en señal que se apure) Mira, llegando allá te compraré un sachet para ti solita, ¿OK? 
Timmy: ¡Sí, cómprale porque si no todos van a preferir ahogarse en el mar! (La mamá se acerca a él por detrás y se lo lleva de las orejas fuera de escena) 
Doña Lola: (Mientras se lo lleva fuera de escena) ¡Deja de molestar a tu hermana! 
Timmy: ¡Auch….mamá me duele! (Mira a su hermana) ¡Ya ves lo que causas, “pellejitos”! 
Sabina: ¡Fuera de acá! (Mira a su papá) ¡Papi! (Coloca la cabeza en el pecho de su papá) 
Don Rogelio: Vamos hija (La abraza y camina con ella) ya verás que seguirás siendo la misma chica linda de siempre con o sin bloqueador, ¿Está bien? 
Sabina: (Con voz triste) Eso espero (Van saliendo de escena) ¡Ya mi hijita, ya! 
Timmy: (Desde fuera del escenario) ¡Ay, Freddy Krugger! 
Sabina: ¡¡¡Mamá!!! (Luego de unos momentos, entra Timmy a escena de puntas y se pone a buscar algo debajo del sofá) (Después, saca el bloqueador de su hermana, con mirada maliciosa) 
Timmy: Acá está (Se ríe. Después, toma un recipiente con mayonesa y le pone otra etiqueta) 
Timmy: (Va saliendo de escena, caminando y saltando) ¡Hermanita, ya encontré tu bloqueador! (Se va cerrando el telón) 

 Un duende un poco apurado

Autor: Fabián Choque 

Personajes:
-Díndel
-Samira 

(Se abre el telón y aparece en escena un duende caminando muy apurado por todo el escenario mirando su reloj) 
Díndel: ¡No puede ser! ¡No puede ser, ya es muy tarde! (Mira su reloj) (Continúa caminando y en eso, entra a escena una duende llamada Samira, totalmente despreocupada con su celular en la mano) 
Samira: (Mirando su celular) A ver… encenderé mi what’s up…. (Díndel la ve) 
Díndel: (Mirándola fijamente) Disculpa (Ella no le hace caso) ¡Disculpa! (Ella queda indiferente) ¡¡¡Disculpa!!! 
Samira: (Asustada) ¡¡¡Ay, qué!!! 
Díndel: ¿¡¡¡Cómo que “qué”!!!? ¡¡¡Tenemos que trabajar!!! 
Samira: ¡No te apures, hay tiempo! 
Díndel: ¿¡Cómo que “hay tiempo”!? ¡Ya faltan pocos minutos! 
Samira: ¡Ya me oíste! (Camina por todo el escenario mientras que la otra lo mira extrañada) ¡La navidad está cerca y no están listos los regalos! 
Samira: Pero… 
Díndel: (Interrumpiéndola)… ¡Claro, mientras tú estás con tu celular “whatsapeando”, otros tienen que trabajar en vísperas (Saca su celular) Ahora mismo llamaré a Santa (Marca su teléfono) ¿Halo?... ¿Santa?... Mira tengo un problema con Samira acá y… ¿¡Fotos!? ¿¡Qué fotos!?... ¿¡En Cancún!? 
Samira: (Mirando su celular) ¡Sí, dile que ya me llegaron las fotos! 
Díndel: ¡Qué fotos, ni que ocho cuartos! ¡Santa, necesitamos que vengas urgentemente! 
Samira: (Tomando su hombro) Este… Díndel… 
Díndel: ¡Un rato! (Camina por el escenario) Santa, es importante ¡Ven, por favor! 
Samira: Díndel. 
Díndel: ¡Espera un rato, por favor! (Volea la mirada) ¡No me digas nada ¡Solo quiero que vengas de inmediato!.... ¡Cómo que no tienes que venir! ¡¡¡Tienes que estar aquí!!! ¡Ya casi es navidad!... ¿¡Qué!? ¿¡Que mire el calendario!? …(Se acerca al almanaque) A ver… (Pone una expresión de apenado) Este… ¿Creo que me equivoqué, verdad? …. 
Samira: (Le quita el celular) Eso trataba de decirle (Se lo devuelve) 
Díndel: Bueno ya que faltan dos días más, ¿Me podría mandar las fotos de su viaje a Cancún? ¿Por face?.... Gracias… diviértase…. Adiós (Cuelga y mira apenado a Samira) 
Samira: (Lo mira fijamente) ¿Y ahora? (Cruza los brazos) ¿Qué vas a decir? 
Díndel: Este… ¿Me compartes las fotos de Santa para mi muro?... ¿En Face? ¿Sí? 
(Samira sale del escenario mientras que Díndel la sigue, usando su celular) 
                                                                                   


Tres perros y un gato

Autor: Alan Rejón


Escenografía: Un callejón, con algunos botes de basura.

Personajes:
-Perro Dóberman (Voz fuerte y babeando)
-Perro Akita (Orgulloso y callado)
-Perro Chihuahua (Tembloroso, habla cantadito)
-Perro Vagabundo (Perro/gato)

Introducción: Un día como cualquier otro 3 perros amigos paseaban por el callejón buscando algo para comer, mientras se acercaban a los botes de basura vieron a lo lejos a otro de sus amigos, un perro algo raro (flaco y con poco cabello, el perro vagabundo) al que llevaban meses sin ver… Bueno, excepto por el Chihuahua quien tendría un chimes que contarles.

-Chihuahua: Oigan, oigan, adivinen qué me contaron del vagabundo.
- Dóberman: No sé, dinos.

- Chihuahua: ¡El pobre enloqueció y se cree un gato!

- Akita: ¿Estás seguro? Yo creo que sólo son habladurías de la gente.

- Chihuahua: Pues seguro, seguro, no pero…

- Dóberman: (interrumpiendo) Pues vamos a ver, llamémosle.

- Akita: Si es cierto no hay que burlarse de él, hay que ayudarle.

- Chihuahua: Claro, claro.

- Dóberman: ¡Hey vagabundo, ven!
(Vagabundo los mira y corre hacia ellos.)

- Vagabundo: ¡Amigos, tiempo sin verlos!

- Akita: Sí, mucho tiempo, para ser sinceros te hablamos para saber si es cierto algo que han estado diciendo de ti.

- Vagabundo: ¿Qué cosa?

- Akita: Pues…

- Dóberman: (interrumpiendo) Que te crees un gato…

- Vagabundo: Jajaja, claro que no me creo un gato…

- Akita: Eso creí…

- Vagabundo: ¡Soy un gato! Miren como hago Miau.

- Chihuahua: No lo puedo creer.

- Dóberman: Claro que no eres un gato.

- Vagabundo: Sí lo soy mira como digo Miau.

- Akita: Amigo no eres un gato y te lo podemos demostrar.

- Vagabundo: ¿Cómo?

- Akita: Bueno, para empezar si fueras un gato nosotros te perseguiríamos y no lo hacemos.

- Vagabundo: Eso es porque soy un gato rudo, mira como hago Miau(con voz ruda)

- Chihuahua: Eso no demuestra nada, si fueras un gato te gustaría el pescado y no te gusta.
- Vagabundo: Bueno, lo que pasa es que soy un gato vegetariano, mira como hago Miau (con voz elegante y chupándose los dedos)

- Dóberman: No, no, no, si fueras un gato podrías trepar a los árboles y estoy seguro que no puedes.

- Vagabundo: Claro que no puedo y eso es porque soy un gato pesado, sólo mira como hago Miau (voz pesada)

- Akita: Si fueras un gato serias flexible y podrías lavarte a ti mismo con la lengua.

- Vagabundo: Claro que puedo, miren. (Improvisa movimientos gatunos)

- Chihuahua: ¡Santos caninos!

- Dóberman:
Esto es muy perturbador.

- Akita: Ok, ok eres un gato pero deja de hacer eso.

- Vagabundo: ¿Ven? Soy un gato y digo Miau.

- Dóberman: ¿Cómo aprendiste a hacer eso?

- Vagabundo: Yoga.

                                                  
                                                  
        

                                                            

                                                                        

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