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Estrategias de lectura

¿Qué estrategias de lectura utilizamos?

Las estrategias de lectura son todas aquellas tácticas espontáneas que utiliza el lector para abordar y comprender el texto.
Todo lector debe utilizar estrategias para hacer frente a los diferentes portadores, esto se da a través de acciones de nuestra capacidad para seleccionar elementos que permitan realizar anticipaciones, como prever cuál es el contenido del texto.
A continuación detallaremos algunas de éstas:
  • Intentar dar significado a todos los datos, facilitando la comprensión sobre el sentido del texto. Luego estos datos podrán ser confrontados mediante la lectura.
  • Realizar una primera lectura silenciosa.
  • Releer lo textos las veces que se requiera.
  • Descubrir o anticipar el significado de las palabras desconocidas que aparezcan (en caso necesario, utilizar el diccionario).
El lector irá variando las estrategias según el tipo de texto (informativo, narrativo, etc.) son éstas, las que le permitirán ejercer un control sobre su propia lectura y asegurarse que tenga sentido.
Pensamos que “... Es necesario ayudar al niño cuando lee a utilizar estas estrategias, planteándole situaciones de lectura centradas en la comprensión más que en las ejercitación, facilitándoles textos significativos que  den respuesta a sus problemas, le planteen interrogantes y permitan que disfrute del placer de leer...”


Debemos cuestionarnos si los escolares, en su rol como lectores:

¿ Asumen un papel activo frente a la tarea de construir el significado del texto?

¿ Están conscientes del propósito con que leen?

A partir de las respuestas a estas interrogantes, debemos proponernos enseñarles las estrategias básicas necesarias para seleccionar u obtener la información de un texto, evaluarla, organizarla y utilizarla convenientemente; porque, en sentido general, la mayoría de los lectores emplean estrategias – consciente o inconscientemente- en forma adecuada o inadecuada.

Los lectores desempeñan un papel activo dentro de ese "proceso complejo de solución de problemas en que el individuo debe seleccionar, predecir y organizar la información del texto, basado en su conocimiento previo y el contexto del mismo"; por lo tanto, para poder influir sobre los lectores, para que modifiquen o desarrollen sus habilidades, los educadores deben cuestionarse si las dificultades de comprensión se deben al hecho de si asumen o no un papel activo frente a la tarea de construir el significado del texto. A partir de ahí, su labor debe encaminarse a la enseñanza de las estrategias básicas requeridas para captar y aprender la información de un texto.

El propósito con que leemos determina qué tipo de estrategia utilizamos al centrar nuestra atención en los elementos informativos del texto; si se lee por entretenimiento o para aprender. Para concluir, 
consideramos que es importante que la escuela favorezca y promueva situaciones de lectura significativas, y no ficticias a las que el niño no pueda adaptar al uso social de la lectura en el ámbito extra-escolar.

Empezar a leer desde niño…
Los especialistas en lectura están de acuerdo en que leer es un hábito, un placer, que difícilmente se adquiere en la edad adulta. Y que la afición a la lectura tiene muchas posibilidades de consolidarse cuando se ha despertado en la niñez. A veces escuchamos a los padres lamentarse: “a mi hijo no le gusta leer”. Y lo dicen con cierta inquietud. En realidad, hay muchas personas a las que no les gusta leer. Es una cuestión de temperamento, de intereses, de medio… leer es una actividad contemplativa que necesita concentración, silencio, aislamiento, inmovilidad, exclusividad. Pero, a pesar de las excepciones, la afición a la lectura depende también de cómo se haya abordado la cuestión cuando los niños ya leen.
Muchas veces se ha considerado que un niño sabe leer porque pronuncia una frase escrita. A los seis o siete años aproximadamente, comienza a utilizar un código, pero le hará falta tiempo para saber utilizarlo realmente. Porque saber leer es apropiarse del texto: elegir la lectura, leer rápidamente, ser capaz de servirse del texto para algo, hablar del mensaje, completarlo y ampliarlo con otras lecturas.

La recompensa del placer de leer

Leer demanda un esfuerzo y es preciso recibir una recompensa. Hay muchas formas de entrar en la lectura. Se lee para:
- Instruirse y aprender
- “Crecer”
- Pasar un buen rato
- Pensar y reflexionar
- Viajar
- Conocer otras formas de pensar
- Afirmar la personalidad
- Relajar tensiones
-  Informarse…






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